Hasta dos días han tenido que pernoctar para poder comprar un acumulador al ‘precio justo’ que oscila entre los 48 mil y 60 mil bolívares soberanos.
En un peregrinar se ha convertido para los zulianos la compra de una batería para sus vehículos. Después de 36 días, en Maracaibo comenzaron esta semana los despachos ‘a cuenta gotas’ en la empresa autorizada para su distribución.
Desde el martes pasado empezaron a hacer las colas en las sedes en espera de las gandolas cargadas con los acumuladores. Hasta dos días les ha tocado pernoctar por conservar el turno para la compra a ‘precio justo’.
“Estuve reuniendo el dinero, cuando ya lo tenía (en diciembre) la empresa cerró. Intenté comprarla por fuera y hasta 100 dólares me llegaron a pedir, preferí esperar y dejar parado el carro en el garaje de la casa. El lunes fui a la sede de La Limpia y me dijeron que llegaban el martes, aquí estoy haciendo la cola”, contó Ángel Fernández, jubilado del sector educación, mientras esperaba su turno en la avenida La Limpia.
Así como Ángel a muchos zulianos desesperados también tuvieron que esperar que se reaperturaran las ventas, pues mucho prefirieron no caer en las manos del ‘mercado negro’ donde la cifra supera los 180 mil bolívares soberanos o moneda extranjera dependiendo de la cotización del día.
“Tengo una camioneta con la que trabajo para el monte (granjas). Me vine desde las 10:00 de la noche del martes a hacer la cola porque traté de comprarla por otro lado ¡y qué va! me pidieron desde 60 dólares hasta 150 mil pesos ¡y de dónde los saco!. Ya no me importa esperar”, manifestó Heine Machado, quien estaba a cinco puestos más abajo que Fernández.
Danilo Montero, músico de profesión, expresó luego de pasar más de 12 horas en espera: “Por lo menos tenemos la esperanza de comprarla”.
“Tenía 15 días esperando que llegaran porque la batería está en garantía”, dijo acompañado de su esposa Maryluz Carrero.
“Ya estaba cansada de andar en transporte público, subir y bajar autobuses y ahora con el problema del efectivo más, porque para taxi: ‘no hay dinero’”, afirmó.
Y es que para mantener el orden, los trabajadores de la empresa a las 10:00 de la mañana comenzaron a entregar (ese día) los primeros 100 números lo cual no les garantiza que sean atendidos el mismo día y sin solicitar requisitos que garantice que vayan al acostumbrado ‘bachaqueo’ como viene ocurriendo desde años anteriores.
Esta vez los costos oscilan entre 48 mil bolívares soberanos y los 60 mil bolívares soberanos “y el pago debe hacerse únicamente con tarjeta de débito”, informó uno de los trabajadores de la tienda, mientras supervisaba que bajaran los acumuladores de la gandola que había llegado a las 9:00 de la mañana.
“Llevo un año intentando comprar la batería porque cada vez que reunía el dinero no la conseguía. Vivía prestando la batería a mis amigos para poder rodar en mi carro porque soy comerciante”, expresó Edwin Ríos, quien posee un Chevrolet Caprice de los años 80.
“Desde diciembre estoy esperando por una batería. Me vine desde las 6:00 de la tarde (del martes) porque ando con una batería prestada y hasta hoy (miércoles) tengo chance de entregarla”, relató Wilson Bermúdez, también comerciante.
Yasmary Villalobos, un ama de casa, amaneció acompañando a una de sus sobrinas que también necesitaba de una batería.
“Nos vinimos desde las 10:00 de la noche para agarrar el turno. Aquí dormimos”, dijo la mujer.
En la sede ubicada en la prolongación número 2, en el sector 18 de octubre, la cola comenzó a formarse el miércoles por la tarde esperando que el jueves llegara la gandola.
Los primeros de la fila de carros estaban pendientes de que nadie se les ‘colara’ para no perder el turno que ya habían alcanzado sin tener la certeza si ese día los atenderían.
Junior Cifuentes llegó desde el miércoles a las 5:00 de la tarde a hacer la cola para comprar la batería su camioneta, “Nos dijeron que si no llegan hoy (jueves) será para mañana (viernes). “Ando con una prestada por eso vine a hacerla”, comentó.
En la sede ubicada en la circunvalación número 2, a la altura del sector Los Robles, no había movimiento de despacho. Sin embargo, muchos conductores llegaban a preguntar al personal para cuándo tenían previsto recibir los despachos para hacer la cola y estar entre los primeros.
Hasta el viernes, en la sede de La Limpia, permanecía la larga fila de vehículos para la compra de un acumulador.
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