La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, abordó este lunes en medio de algunos aplausos un vuelo comercial de La Paz a Santa Cruz para pasar la Navidad, prescindiendo del avión presidencial que usaba Evo Morales.
La actitud de la mandataria transitoria marca una ruptura radical con el modo de gobernar de su predecesor, Evo Morales, que habitualmente usaba helicópteros y una aeronave exclusiva para realizar recorridos tanto cortos como más extensos.
"Quiero para ustedes una feliz Navidad. Que Dios bendiga a cada uno de sus hogares y que muy pronto tengamos la oportunidad de tener un Gobierno que dure por cinco años", dijo Añez sonriente a los pasajeros del vuelo, en un video difundido ampliamente en redes sociales.
La mandataria interina tomó ese tiempo para explicar que viajaba para pasar la Navidad con su madre y hermanos, algo que arrancó aplausos de los que la escucharon, al mismo tiempo de que varios registraban en sus celulares tan inusual encuentro.
"Ha hecho uso de un vuelo comercial. Ha rehusado usar la nave del Estado, porque se trata de un viaje por motivos personales, para pasar las fiestas de Navidad con su familia", explicó a los medios el secretario Presidencial, Erick Foronda, durante una comparecencia en el Palacio de Gobierno de La Paz.
Según el funcionario, Áñez también participará en la entrega de regalos a niños de un centro oncológico en Santa Cruz y regresará el miércoles a La Paz para reiniciar sus funciones habituales el jueves por la mañana.
A diferencia de Áñez, Morales desarrolló una rutina diferente de desplazamientos diarios en un Falcon francés que llegó a costar 39 millones de dólares y que estrenó en 2010.
Morales inclusive utilizaba un helicóptero para recorrer distancias cortas de unos tres kilómetros como la existe de la residencia presidencial hasta su despacho en la Casa Grande del Pueblo, dentro de La Paz.
El argumento que usaron los colaboradores de Morales en su momento fue que el uso recurrente de helicópteros y del avión presidencial era necesario para cumplir sus compromisos en días de agenda estrecha, que demandaban desplazamientos en diferentes regiones de Bolivia.
Además fue el mismo Morales quien aseguró que el avión presidencial no era un lujo sino un instrumento de trabajo y se mostró crítico a los vuelos comerciales, que no usaba, porque a su juicio perjudicaban a la gestión diaria.
EFE / MV