Tres semanas seguidas, quizá más, y las 24 horas de cada día estará la doctora Manuela González Santander de guardia cuando se desplace el próximo julio a Japón con la misión de mayor responsabilidad de su carrera profesional: coordinar la atención médica del equipo olímpico español durante los Juegos de Tokio.
Con una tranquilidad, que viajará a un país "con los servicios sanitarios muy desarrollados"; con una dificultad, que la competición comenzará a las 6 de la mañana y acabará más allá de la media noche debido al calor; y con alguna curiosidad, como la amplia oferta de servicios de acupuntura que tendrá a su disposición, viajará a los Juegos la doctora González (Madrid, 1961), que ya formó parte del equipo médico español en Londres 2012 y Río 2016.
"Si calculamos un equipo parecido al de ediciones anteriores, en Tokio podemos ser tres médicos y un número de fisioterapeutas que, aunque puede variar según el momento, también será siempre como mínimo de tres o cuatro", explicó a Efe sobre el dispositivo que prepara el Comité Olímpico Español (COE), cuyo Ejecutivo la nombró en noviembre responsable del operativo.
Junto a la coordinación de todas las federaciones que, por contar con un alto número de deportistas, lleven un médico propio, el equipo del COE atenderá directamente a los otros deportistas de federaciones con participación más limitada y que "no pueden llevar todo el estamento técnico a su alrededor".
La tranquilidad de viajar a Japón
"He tenido esa inmensa experiencia previa de acudir a los Juegos de Londres 2012 y Río 2016 y ahora de ir a Tokio. Son ciudades diferentes, culturas diferentes, pero al fin y al cabo la delegación española es tu entorno y la experiencia profesional es la de atender al deportista de alta competición en su máximo desafío, que son los Juegos", señaló Manuela González.
"Nos da más tranquilidad ir ahora a Japón en el sentido de que es una sociedad muy avanzada, con unos sistemas sanitarios muy desarrollados. Al hacer una previsión de las posibles necesidades es cierto que te da mucha seguridad. Pero lo importante es que el deportista encuentre cubiertas sus necesidades por nuestra propia delegación, no por lo que tengamos fuera", añadió.
"Ante cualquier emergencia el deportista no se va a ir a los servicios médicos de la organización. Primero", dijo, "nos va a llamar a nosotros y nosotros vamos a coordinar esa emergencia".
Esa llamada o esa necesidad de asistencia puede llegar en cualquier momento del día o de la noche.
"Es en los Juegos y es en toda competición. Estás de guardia las 24 horas. No siempre despierto, pero sí con el teléfono en la mesilla por si surge cualquier problema", indicó la doctora, cuyo equipo convivirá en la Villa Olímpica de Tokio con los deportistas.
El calor y los horarios, un reto deportivo y médico
Las temperaturas cercanas a los 40 grados centígrados y la humedad de hasta el 70 por ciento que se encontrarán en Tokio los deportistas preocupa tanto al Comité Olímpico Internacional (COI) que ha cambiado el horario de algunas pruebas y se ha llevado las de maratón y marcha a Sapporo, 800 km al norte.
"El calor siempre es un problema", dijo la doctora González, que este año acompaño al equipo español que participó en Catar en los Juegos Mundiales de Playa.
"Todas las situaciones climáticas adversas son un problema para el deporte de alta competición porque a la exigencia de la prueba se suman los condicionantes ambientales. Es otro factor de riesgo añadido", admitió.
"En nuestro país podemos hacer adaptaciones relativas, porque hay provincias en las que el calor es extremo. Pero la humedad es otro factor añadido, el jet-lag también es problemático. Pero la aclimatación es algo en lo que los deportistas deben estar trabajando ya y sé que se está haciendo en todo el ámbito olímpico", indicó.
Las simulaciones de las condiciones de Tokio -"ahora mismo hay técnicas para todo"- ya se probaron para los mundiales de atletismo de Doha "con entrenamientos en situaciones similares, incluso más agresivas".
"La experiencia es un grado, pero luego llega la prueba y en algunos casos va bien y en otros no, porque no se ha dado la situación idónea que se esperaba tras el trabajo bien programado", dijo.
En todo caso, apuntó, es más fácil adaptarse tiempo antes al calor que a la altura: "A los lugares en altura vas los días previos a aclimatarte o no sirve de nada".
Según esta especialista en medicina deportiva, "la cobertura que en Tokio puede plantear más problemas se debe a los horarios". EFE
ST