El poderoso Diosdado Cabello se niega a ser marginado en las filas del chavismo. Aunque ahora mismo no ejerce ningún cargo político dentro del gobierno, desde su trinchera, la segunda vicepresidencia del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), desafía a Nicolás Maduro en un nuevo pulso por recuperar poder en las primarias chavistas de este domingo, donde se elegirán los candidatos a gobernadores, alcaldes, legisladores estatales y concejales del oficialismo.
Por: Gabriela Ponte | ABC
Pero esto no es más que una tapadera para los dedazos de Cabello y Maduro, porque la última palabra la tendrá la dirección nacional del partido. Ya sucedió con las postulaciones. Más de 100.000 candidatos fueron presentados por las bases del partido, llamadas UBCH (Unidad Bolívar-Chávez), pero al final eligieron solo a 5.000. Quedaron fuera figuras emblemáticas del chavismo como Francisco Arias Cárdenas, exgobernador del Zulia y actual embajador en México, que fue informado por una llamada telefónica del canciller Jorge Arreaza de que tenía que renunciar a sus aspiraciones para gobernar de nuevo el estado y continuar al frente de la oficina diplomática. Lo mismo sucedió con Erika Farías, que fue excluida del proceso de postulaciones porque su actual gestión al frente de la Alcaldía de Libertador (Caracas) tiene un 66% de rechazo, según las últimas encuestas.
Cabello zanjaba así los descontentos en las filas del chavismo: «Que se midan los que tienen más oportunidad». El ex número dos justificaba en su programa ‘Con el mazo dando’ el primer hachazo a liderazgos históricos que buscaban la reelección en su cargo.
Estas decisiones arbitrarias tensaron aún más la cuerda dentro del oficialismo y, finalmente, lo que se espera de estas primarias es una nueva radiografía que aporte luces de qué facción controlará cada uno de los 23 estados y quien sumará más poder en su conjunto.
Control de la frontera
Venezuela y Colombia comparten 2.200 kilómetros de frontera y en los estados limítrofes se librará una de las mayores disputas de esta jornada. Cabello puede que afiance el control de toda esta zona fronteriza donde el contrabando de gasolina y el narcotráfico generan rentas importantes para sus mandatarios. En el caso del estado Zulia, con Arias Cárdenas fuera del tablero de juego, es bastante probable que el actual gobernador Omar Prieto, apadrinado por Cabello desde que en 2017 fue elegido por primera vez, consiga la reelección en la gobernación. Su rival a batir es el alcalde de Mara desde hace 16 años, Luis Caldera, que recibió el apoyo del excluido embajador en México.
Pero en Trujillo, Táchira y Apure el panorama está muy parejo. En Trujillo, el actual gobernador el general Henry Rangel Silva, hombre de Cabello, fue apartado del proceso de postulación y la pugna se decidirá entre Hugo Cabezas y Hugbel Roa, ambos del ala de Tareck El Aissami, que responde directamente a Maduro. En Táchira el protector del estado, Freddy Bernal, colaborador de Cabello, se juega la gobernación contra Leonardo Salcedo, candidato de Maduro. Y en Apure, el coronel Ramón Carrizález, del bando de Cabello, aspira a ser reelegido y acabar con las aspiraciones de Pedro Leal, que recibió el apoyo de Maduro. Sin embargo, fuentes consultadas por ABC aseguran que el candidato que gane «será el que tenga más recursos y mayor movilización, así como el respaldo de un peso pesado del gobierno». «Cabello controla a la mayoría de los militares que son candidatos y Maduro, a los civiles», explica.
Pugna interna
De los 23 territorios en disputa, ya hay algunos estados en los que está claro el candidato oficialista que se enfrentará el próximo 21 de noviembre al candidato de la oposición, si esta finalmente decide participar en los comicios que impulsan la Unión Europea y EE.UU. Salvo sorpresa, Nicolás Maduro tiene asegurado el estado Cojedes con Margaud Godoy, actual gobernadora que busca su reelección; al igual que Adolfo Pereira en Lara, aunque el candidato Pedro López, que cuenta con el apoyo de Cabello, buscará arrebatarle el estado.
Portuguesa es otro que se suma el presidente, así como Anzoátegui, Delta Amacuro, Bolívar y Miranda, con el triunfo del que se dice es su posible delfín político, Héctor Rodríguez. En Barinas, estado natal del expresidente Hugo Chávez, se ha llevado a cabo una preocupante campaña electoral entre familiares del fallecido comandante. Su hermano Argenis y su sobrino Hugo se han enfrentado, incluso con golpes y tiros, por la gobernación. Un vídeo grabado durante los enfrentamientos ha corrido como pólvora por las redes sociales, dando así contundente muestra de las rivalidades internas del partido en algunos estados.
Cabello, por su parte, controla muy bien el ala radical de militares, muchos de los cuales ocupan ya gobernaciones y aspiran reafirmar su liderazgo en esos territorios. Es el caso de la región insular Nueva Esparta, con el general en jefe, Carlos Mata Figueroa; Bolívar con Justo Noguera, que también es muy cercano a Tareck El Aissami; Monagas (estado natal del expresidente de la Constituyente) con Yelitze Santaella, Zulia con Omar Prieto, Apure, Guárico y Yaracuy.
Pero hay otras regiones donde las victorias todavía no están cerradas. Las decisiones más importantes se tomarán en la Alcaldía de Libertador (Caracas) con las postulaciones de Jacqueline Faría, exjefa del Gobierno de Distrito Capital, sustuida en enero en su cargo y cercana a Diosdado Cabello, y Carmen Meléndez, actual ministra de Interior y del círculo cercano a Maduro. Aragua, otro bastión chavista, se lo disputan el actual gobernador, Rodolfo Marco Torre, leal a Maduro, y la esposa del general Luis Motta Domínguez, del entorno de Cabello.
En Carabobo, una situación similar, la gestión del actual gobernador Rafael Lacava del ala de la familia presidencial es amenazada por la precandidatura del general José Vielma Mora, aliado de Cabello. El ex número dos no va a regalar espacios. Según ‘El Pitazo’, en las alcaldías es donde más se nota la purga del chavismo, el 70% de los alcaldes del PSUV no podrán buscar su reelección.
Advertencia del poderoso militar a los candidatos
«Exigimos de manera muy firme que quienes aspiren a cargos de elección popular (…) su campaña sea una campaña chavista; eso implica que no debe haber ofensas al compañero, no debe haber ataques al compañero, no debe haber señalamientos que tengan carácter electoral de ningún tipo», advirtió el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello. El mensaje lo completó alertando de que «quien haya tratado de hacer algún tipo de trampa» no es del PSUV, sino «de cualquier otra cosa».