Maduro a carcajadas leería está publicación, pero otros, en su inocencia y hambre de poder, creen en la entrega del arco minero a una "oposición" en el gobierno regional y municipal.
Upata -. En recientes declaraciones emitidas por el candidato de Raúl Yusef al Consejo legislativo del estado Bolívar, Franciovy Hernández, dejo en evidencia de forma accidental el interés y la razón por la cual impulsan su candidatura en estas vendieras elecciones a disputar cargos de gran importancia para el estado y la ciudad de Upata.
Franciovy Hernández uno de los jefes del comando de campaña del G4 dejo en evidencia ante los medios de comunicación un celoso interés a sus adversarios en ganarles la competencia por el control de las riquezas del arco minero, Dejando impactado a los reporteros al momento de tomar las declaraciones.
Es bien sabido que el arco minero se controla desde Miraflores, pero Pudieran existir formas y métodos en que alcaldes y gobernadores pueden hacerse de minas y territorios con yacimientos de piedras preciosas, solo con colocar el dedo en el mapa y enviando a una comisión bajo la mesa a explotar de forma clandestina, grandes territorios minados en oro.
Es por eso, que grandes Divisiones mantienen a la oposición confrontada, a eso sumado el dinero, el arco minero y grandes territorios con yacimientos de piedras preciosas bajo controles municipales y regionales partidarias del gobierno nacional, por los cuales se disputan el poder y se mantienen activamente enfrentádos mediáticamente, causando desesperanza en la población, la cual exige mejores calles, aceras, iluminación, agua potable, seguridad y tranquilad.
La oposición ya no es la misma, mientras el pueblo se muere de hambre, es ignorado y marginado por la clase política del Estado, el interés de salir del actual gobierno puede llevar a la desesperada ciudadanía a votar por los mismo, sin darse cuenta por el fanatismo, que en campañas electores ciega a muchos, en mares de aplausos por los discursos demagogos, donde prometen villas y castillos, sin descanso y sin vergüenzas.
Opinión de Omar Al Atrache