En el movimiento político Unión y Progreso, en combinación con el Centro Internacional de Formación y Políticas Públicas, Arístides Calvani (Ifedec), se ha iniciado una seria reflexión sobre la Venezuela del futuro, el país que quisiéramos ayudar a construir.
Tres temas surgen de inmediato:
En primer lugar, Venezuela debe tener una economía diversificada. El país tiene muchas posibilidades a la mano para diversificar su economía.
En segundo lugar queremos un país que supere la dependencia del ingreso petrolero. El petróleo va a seguir siendo una fuente muy importante de energía, debemos explorar formas más eficientes de explotar la riqueza petrolera con participación de capitales nacionales e internacionales.
Tercero, entender que una economía moderna debe descansar sobre un sector privado vigoroso, que no sea parasitario del Estado.
Para lograr esos objetivos debemos entender la importancia de la educación y de la salud. Dos temas que están abandonados y deprimidos.
Para la diversificación de la economía tenemos las siguientes avenidas:
El sector minero. Es impresionante la riqueza minera que tiene Venezuela. Riqueza que debe ser aprovechada para bien de todos los venezolanos, con seriedad, transparencia y respeto al ambiente.
En segundo lugar tenemos el potencial industrial en materia de hierro, acero, aluminio, energía eléctrica, petroquímica, siderúrgica. Volver a los parques industriales en Valencia, Barquisimeto, Maracay y, por supuesto, Ciudad Guayana.
En tercer lugar, el potencial agropecuario inmenso que tiene el país. Invitar al capital privado nacional e internacional a explotar ese potencial agropecuario para autoabastecernos y para exportar.
En cuarto lugar tenemos el turismo. Venezuela tiene como convertirse en una referencia turística de primer orden. Para eso se requiere, antes que nada, garantías de seguridad para las personas y para los bienes. Se necesita promover una red de autopistas y de carreteras turísticas. El sistema de concesiones nos permitiría hacer eso sin necesidad de un gasto exagerado por parte del Estado.
Dos condiciones indispensables: un gobierno democrático con instituciones sólidas y servicios públicos de primer mundo: teléfonos, electricidad, agua, seguridad, vialidad, comunicación electrónica.
Ese país es posible.
Seguiremos conversando.
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Tomado de Ultimas Noticias.
