Caracas.- Una incursión armada sacó del anonimato a Barrancas del Orinoco. La madrugada del 1° de enero vivió 10 horas de una intensa balacera que además de terror, dejó siete muertos y dos heridos confirmados por los cuerpos de seguridad, aunque el pueblo afirma que son más. Hablamos de una población ganadera y pesquera al sur del estado Monagas que no tiene frontera con algún país latinoamericano, pero sí un recurso atractivo para los grupos delictivos: el río Orinoco.
El control del río Orinoco es la causa de ese ataque que le dio el protagonismo informativo a Barrancas del Orinoco durante una semana, aseguran a El Pitazo fuentes que manejan el tema, pero que no se identifican por temor a represalias. Explican que cruzando el río Orinoco se puede salir al mar Caribe y al Atlántico, una ruta usada por organizaciones criminales para el tráfico de droga, oro, gasolina, alimentos, personas y otro tipo de delitos.
En Barrancas del Orinoco, capital del municipio Sotillo en el estado Monagas, hay una banda delictiva que tiene el monopolio de esas aguas: El Sindicato de Barrancas, cuyos miembros fueron el objetivo de esa incursión armada ocurrida en plena fiesta de Año Nuevo y en la que supuestamente estaban infiltrados presuntos paramilitares, afirman vecinos.
Pero, ¿quién es y cómo opera este grupo delictivo? Habitantes aseguran que El Sindicato de Barrancas es una organización criminal integrada por más de 300 hombres y dirigida por, al menos, siete líderes conocidos así en el pueblo: Glendy, Lucho, Samuel, Candelario, Miguel y Gabriel Mario. Los pobladores los conocen como un grupo que impone su propia ley, sin más detalles. “Si tú hablas del sindicato y das tu nombre, ellos la van a agarrar contigo y tu familia”, comenta un habitante de la zona.
“El Sindicato de Barrancas ha estado en guerra con el gobierno (el de Nicolás Maduro), porque ha enviado a la fuerza militar para hacer una limpieza en el pueblo”, dice una residente del sur de Monagas
Una fuente política que investiga la presencia de delincuencia organizada en Monagas y Delta Amacuro afirma que se trata de una organización delictiva que tiene 10 años operando, pero residentes de ambas poblaciones estiman que son 15, pues sus propios integrantes se hicieron con el poder de otra banda igual de poderosa. Su presencia al sur de Monagas quedó en evidencia con el ataque armado perpetrado por supuestos miembros de la guerrilla colombiana.
Al Sindicato de Barrancas se le atribuye el cobro de extorsión a comerciantes y ganaderos, siendo este último el sector más atacado en tierra. Aunque fuentes ganaderas no quisieron hablar al respecto, residentes en Barrancas del Orinoco estiman que de 100.000 cabezas de ganado que había en Sotillo quedaron menos de la mitad en el tiempo que tiene el grupo operando en la zona. El abigeato también ha impulsado la huida de los ganaderos.
Fuentes policiales, además, indican que al Sindicato de Barrancas se le atribuyen delitos como el narcotráfico, tráfico de combustible, personas, prostitución infantil, homicidio y secuestro, así como el tráfico del oro que se extrae del Arco Minero del Orinoco. Aclaran que Barrancas del Orinoco es sólo el centro de operaciones por su cercanía al río.
Los inicios
La presencia del grupo armado al sur de Venezuela es de vieja data. La fuente política que investiga la presencia de la delincuencia organizada, además, refiere que el Sindicato de Barrancas comenzó a operar como un grupo sindical que defendía los derechos de los trabajadores de las empresas básicas de Guayana, como Ferrominera, Sidor, Proforca (actualmente Maderas del Orinoco en Monagas), así como a los de la Alcaldía de Barrancas, municipio Sotillo, al sur de Monagas.
“En el auge de las empresas básicas se fusionaron y crearon ese gran sindicato para velar por los intereses de los trabajadores, de los productores agropecuarios y entre otros, como los de las alcaldías de la zona sur de Monagas. Es una organización que siempre ha tenido el control de esas áreas y que siempre ha operado tranquilamente porque nadie le ha puesto freno”, sostiene.
La fuente no descarta que ese poder armado comenzó con la debacle de las empresas básicas venezolanas. En julio de 2020, el ingeniero y consultor urbanista Simón Yegres dijo a El Pitazo, a propósito de los 59 años de fundación de Ciudad Guayana, que los ciudadanos han presenciado la caída de las empresas básicas desde 2010, es decir, después de que el fallecido presidente Hugo Chávez comenzó a expropiarlas entre 2006 y 2009.
“… los miembros de esta organización delictiva usan sus embarcaciones para llevar hasta Trinidad y Tobago a los venezolanos que huyen del gobierno de Nicolás Maduro”, afirma una fuente política que investiga la delincuencia organizada
En 2020, un grupo de trabajadores de los sectores hierro, aluminio y acero también denunció que las empresas sólo operan a menos del 5% de su capacidad instalada. Incluso, describieron el parque industrial como un cementerio de chatarra, pues los hornos y las celdas estaban apagadas con áreas desoladas.
Con ese antecedente, una fuente en Barrancas del Orinoco explica que el grupo tomó el control delictivo cuando a uno de sus miembros se le encargó la seguridad municipal en la Alcaldía del municipio Sotillo en Monagas. Luego vinieron los enfrentamientos con los integrantes de una banda delictiva, liderada por un hombre conocido como “el Piojo”, que tenía el control de la zona.
“Lo que hicieron los primeros líderes del sindicato fue sacar del poder al ‘Piojo’, quien tenía azotado a Barrancas del Orinoco y la zona sur del estado. Fue así como el Sindicato de Barrancas se quedó al frente de una organización poderosa. Con el tiempo, el sindicato fue creciendo y obtuvo más poder. Ellos se encargaron de limpiar al pueblo de la delincuencia común y hacerlo más seguro, ordenado y limpio”, explica un habitante.
Control armado
En las calles de Barrancas, los miembros del grupo armado se mueven generalmente en motos. Una vecina recuerda que antes todos tenían radiotransmisores para comunicarse entre sí, como si fueran policías. “Ya no los hemos visto más así. Ahora, no sabemos quién va a tomar el control del pueblo”, declara.
Aunque la gente los ve en motos, la fuente que investiga la delincuencia organizada y la policial coincide en que el principal centro de operaciones del Sindicato de Barrancas es la vía fluvial. Principalmente, tiene operación en el sur de Monagas, Delta Amacuro y parte de Bolívar.
Sobre el dominio del Sindicato de Barrancas en Monagas, el investigador refiere que el grupo opera en los tres municipios sureños: Libertador, Uracoa y Sotillo, que también tienen ríos que conectan con el Orinoco. Aún no tiene registros sobre la presencia de miembros de la banda delictiva en Maturín, capital de Monagas, pero no descarta que ocurra como en Tucupita, capital de Delta Amacuro, donde el grupo sólo va de fiesta.
“En el caso de Delta Amacuro, he conocido de parte de los propios habitantes, que el sindicato tiene tomado a los municipios Pedernales, Antonio Díaz y una parte de Casacoima, que es límite con San Félix (Bolívar), por lo que estamos hablando de un 70% del estado Delta Amacuro”, refiere el investigador.
“Si tú hablas del sindicato y das tu nombre, ellos la van a agarrar contigo y tu familia”, dice una fuente en Barrancas del Orinoco
La persona explica que los miembros del Sindicato de Barrancas del Orinoco tuvieron una disputa armada con miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) por el control de una mina en Casacoima y que esa disputa la ganó el ELN, que ahora tiene el control de esa parte de Delta Amacuro, según los registros que ha logrado en conversaciones con miembros de la etnia Warao.
El poder del Sindicato va más allá. “Lo que hemos conocido al conversar con habitantes de los caños del Orinoco es que los miembros de esta organización delictiva usan sus embarcaciones para llevar hasta Trinidad y Tobago a los venezolanos que huyen del gobierno de Nicolás Maduro. Los indígenas también nos han dicho que es un grupo que comercializa hacia Guyana oro, gasolina, armas y explosivos”, refiere.
En el municipio Sotillo, la gente está clara de ese poderío incluso aseguran que son los integrantes de esa organización delictiva quienes le dan seguridad al pueblo, pero nadie se atreve a hablar en contra de ellos por temor a represalias. Además, sostienen que el ataque del 1° de enero es el primero que ocurre con supuestos paramilitares, porque antes había enfrentamientos con efectivos de la Guardia Nacional y del Ejército.
“El Sindicato de Barrancas ha estado en guerra con el gobierno (el de Nicolás Maduro), porque ha enviado a la fuerza militar para hacer una limpieza en el pueblo.
Uno de esas ocurrió a principios del año pasado (2021)”, menciona una residente del sur de Monagas, quien al hablar de limpieza en el pueblo hace referencia al homicidio de miembros de la megabanda delictiva.
Los residentes del municipio Sotillo de Monagas creen que una nueva limpieza es lo que está haciendo la Fuerza Armada Nacional desde que militarizó el pueblo hace 15 días: tres integrantes del grupo delictivo han sido asesinados en enfrentamientos con los cuerpos de seguridad sin que se conozcan identidades de los fallecidos. Pero también creen que el pueblo, en algún momento, será famoso por la belleza de sus atardeceres y la amabilidad de su gente.