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Inflación mundial en tiempos de pandemia | Pasqualina Curcio

Cerró el 2021 con los precios inflados a nivel mundial. La inflación promedio, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicados en el reciente informe Pronósticos y políticas globales, fue 3,6%, es decir, 86% mayor que en 2020, año en el que se registró una variación de 1,9% de los precios en el mundo. En 2018 había sido 2,16%. De acuerdo con el mismo reporte, la región con mayor inflación fue América Latina y el Caribe (ALyC), 9,3% en 2021 (en 2020 ésta fue 6,4% y en 2019, 7,7%). En cuanto a los denominados países con economías avanzadas, la inflación en 2021 cerró en 2,8%, en 2020 fue 0,7% y en 2019 de 1,4%.

De todas las “economías avanzadas”, EEUU es el país que registró los mayores niveles de inflación en 2021, 4,3%. En 2020 había sido 1,2% y en 2019 fue 2,4%. Por su parte, la inflación de los países que conforman la denominada Zona Euro fue en promedio 2,2% en 2021, mientras que en 2020 fue 0,3% y en 2019 fue 1,2%, siendo Alemania uno de los países con mayor inflación en 2021 (2,9%) junto con Estonia (3,8%) y Lituania (3%).

En su mayoría y en promedio, todos los países del mundo registraron mayores niveles de inflación en 2021 luego de que en 2020, primer año de la pandemia, habían visto disminuirla al compararla con el 2019. Una de las excepciones fue China, que registró una variación de precios de 1,1% en 2021, 2,4% en 2020 y 2,9% en 2019.

Los mayores incrementos de precios en 2021 estuvieron acompañados de un aumento de 5,9% de la producción mundial, que contrastamos con la caída de 3,1% en 2020. En otras palabras, mientras en el 2020 observábamos una disminución del producto interno bruto (PIB) a nivel mundial (-3,1%) con baja inflación (1,9%), en 2021 se registró una recuperación de la producción (5,9%) con mayor inflación (3,6%).

Causas del aumento de la inflación mundial en 2021. Hay dos tipos de inflación según sus causas: 1) la de oferta o de costos y 2) la de demanda. En el primer caso, los precios aumentan cuando disminuye la oferta agregada de la economía, lo cual, por lo general ocurre por factores externos, ya sea que dichos factores impliquen directamente una reducción forzada de la oferta o que estén asociados a incrementos de los costos de producción generalizados en toda la economía, traduciéndose, a su vez, en la disminución de la oferta. Es por ello que también se le conoce como “shock de oferta”. Una catástrofe natural puede obligar al cierre de las empresas y comercios y con ella a la reducción de la oferta en esa economía. Una pandemia tiene el mismo efecto, así como una guerra.

El aumento de los costos de transporte debido, por ejemplo, al incremento de los precios del combustible (por lo general fijado en los mercados internacionales de hidrocarburos) incide directamente en los costos de producción para todas las economías, reflejándose en una disminución de la oferta. Uno de los factores determinantes del incremento de los precios a nivel mundial en 2021 es el aumento del precio del combustible. Con respecto al 2020, la variación del precio del petróleo a nivel mundial ha sido del 60% y del gas natural 132%, lo que a su vez tiene efectos sobre el resto de las energías, las cuales transversalizan todos los procesos productivos impactando en el costo de producción y de transporte de todos los bienes y servicios derivando en un shock de oferta, sobre todo en aquellas economías con uso intensivo de combustible fósil, EEUU encabeza la lista.

La depreciación de la moneda local tiene el mismo efecto en los precios, es decir, también deriva en aumento de los costos de producción por la vía del poder de paridad de compra y por lo tanto en la disminución de la oferta en esa economía. En Venezuela tenemos escuela en este asunto: la inflación de estos últimos 8 años ha sido consecuencia de un shock de oferta ocasionado por la depreciación inducida y manipulada del bolívar, que ha incidido en los costos de producción de todos los bienes y servicios. Ha sido una inflación principal y originariamente de oferta.

Luego está la inflación por el lado de la demanda. Esta ocurre cuando aumenta la demanda agregada dado un nivel de oferta. Los componentes de la demanda agregada de cualquier economía son: el consumo de los hogares, el gasto del gobierno, la inversión pública y/o privada, las exportaciones netas (luego de restar las importaciones). Cada vez que aumenta alguno de estos componentes se verá reflejado en aumentos de precios. Así, por ejemplo, si en un país aumentan las exportaciones porque aumentó el precio internacional de los bienes que exporta entonces aumentará la demanda y con ella los precios. Ocurre en nuestros países de América cuando aumenta el precio de los commodities, el petróleo es un buen ejemplo. El que ALyC sea la región con mayores niveles de inflación en 2021 se explica en buena parte por el aumento del precio internacional de los hidrocarburos y de minerales en general.

La demanda en una economía también aumenta cuando incrementa el consumo de los hogares. Aquí hay que hacer un análisis relacionado con la pandemia. Durante el 2020 disminuyó el consumo de los hogares por varias razones, entre ellas el propio confinamiento y la propensión a ahorrar (de quienes podían hacerlo) por la incertidumbre de lo que ocurriría con el coronavirus.

Eso explica la menor variación de los precios en 2020. Una vez que se flexibilizaron las políticas sanitarias, el consumo reprimido y deprimido en 2020 comenzó a aumentar en 2021, explicando el aumento de la demanda agregada y con ello las presiones en los precios en las economías.

En resumen y en términos generales, la inflación mundial en 2021 es principalmente debida al shock de oferta por el aumento de los costos de producción asociados a los mayores precios del combustible y del transporte. Eventuales depreciaciones de las monedas locales también han influido en los precios. Estos efectos han sido potenciados por el lado de la demanda debido al aumento del consumo de los hogares por la disminución del ahorro preventivo evidenciado en 2020, y en particular, en Nuestramérica debemos añadir el aumento de las exportaciones por la vía del incremento de los precios de los commodities, principalmente petróleo y gas.

Interesante es leer el informe del FMI en el que, por ninguna parte atribuyen el aumento de la inflación mundial a la emisión de dinero. No tienen cómo argumentarlo. De hecho y según sus propios datos, la maquinita funcionó con más intensidad en 2020 que en 2021 y sin embargo, durante ese año las variaciones de precios fueron menores. Por ejemplo, según datos de la Reserva Federal, en EEUU la cantidad de dinero (M2) aumentó 25% en 2020 y la inflación fue 1,2%; en 2021 aumentó 11% la liquidez monetaria y la inflación fue 4,3%.

Inflación mundial en 2022. Para el 2022, el mencionado organismo monetarista estima menores niveles de inflación a nivel mundial: 2,3% las economías avanzadas; 3,5% en EEUU; 1,7% en la Zona Euro; 7,8% en Nuestramérica. En todo caso, más o menos alta, sea de demanda o de oferta, la inflación siempre afecta a la clase trabajadora, especialmente cuando el salario no se ajusta en la misma proporción y velocidad que los precios, derivando en mayores ganancias para la burguesía, siendo esta una de las causas de la desigualdad y pobreza en el mundo.

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Tomado de Ultimas Noticias.

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