La amenaza de Rusia de reconocer a los territorios separatistas del este de Ucrania constituye un arma de doble filo, capaz de forzar el relanzamiento del proceso de paz o destruirlo para siempre.
En medio de las tensiones con los países occidentales, los diputados rusos pidieron el 15 de febrero a
Vladímir Putin que reconociera la independencia de los territorios prorrusos del Donbás ucraniano, una cuenca minera e industrial fronteriza con Rusia que incluye a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Luhansk.Sin embargo, Vladimir Putin reaccionó al llamado de sus diputados diciendo que quería atenerse a los acuerdos de Minsk «hasta el final». Pero al mismo tiempo, subrayó que «la gran mayoría» de los rusos simpatizaba con los habitantes del Donbás, rusoparlantes que, según él, son víctimas de un genocidio orquestado por Kiev.
Pero el acuerdo político que permitiría poner fin al conflicto está en un punto muerto. Cada bando se acusa mutuamente de bloquear el proceso de paz. Un reconocimiento ruso de los separatistas significaría el final de este proceso ya que los acuerdos de Minsk pretenden que estas zonas regresen bajo la soberanía de Ucrania.
«Moscú sería totalmente responsable de la destrucción de los acuerdos de Minsk», analizó para la AFP la diplomacia ucraniana. Esto «sería una situación imposible, una forma de agresión sin armas y de desmantelamiento sin armas de la unidad y la integridad de Ucrania», resumió el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Yves Le Drian.
¿Cómo ha avanzado el caso y qué antecedentes tiene?
El escenario tiene un precedente: en 2008, el Kremlin reconoció la independencia de dos repúblicas separatistas prorrusas en Georgia, Abjasia y Osetia del Sur, tras una guerra relámpago contra Tiflis, antigua república soviética que, como Ucrania, ambiciona entrar en la OTÁN.
En ocho años, la guerra entre Kiev y los separatistas apoyados por Moscú dejó más de 14.000 muertos. La violencia de los enfrentamientos disminuyó cuando se firmaron los acuerdos de Minsk en 2015 entre Rusia y Ucrania, con la mediación de Francia y Alemania.
Durante el presente conflicto Rusia distribuyó además 600.000 pasaportes rusos en estas dos repúblicas autoproclamadas. Según los expertos, con la amenaza de reconocer los territorios separatistas. Moscú quiere enviar una señal a Kiev de que ha llegado el fin de las concesiones.
«Es una manera de decir ‘nuestra paciencia tiene límites’, y que si se boicotean los acuerdos de Minsk, si no se aplican, habrá que utilizar otros métodos», dijo a la AFP Fyodor Lukianov, politólogo cercano a los círculos de poder rusos.
Lo que está en juego es la reticencia de Ucrania en adoptar un estatuto especial y en organizar elecciones en Donbás. Kiev argumenta que las fuerzas separatistas deben abandonar primero la región.
Para Ucrania, Moscú intenta afianzar su influencia en esta zona y bloquea la aplicación de los acuerdos de Minsk al querer imponer un diálogo directo entre Kiev y los separatistas. Pero las autoridades ucranianas rechazan un diálogo en estas circunstancias, alegando que Moscú es el instigador del conflicto y no un mediador.
El compromiso de Ucrania
Esta semana, el canciller alemán, Olaf Scholz, insistió en que Ucrania debía elaborar los proyectos de ley necesarios lo antes posible. Y recordó que el presidente Volodimir Zelenski se había comprometido a hacerlo.
«Tarde o temprano, Ucrania presentará los proyectos de ley», declaró a la AFP el negociador ucraniano Sergei Garmash, «pero dado el bloqueo creado por las exigencias rusas, su examen llevará años».
Aunque el Kremlin está aumentando la presión, todavía no ha llegado aún al punto de firmar el certificado de defunción del proceso de paz, dijo el experto Fyodor Lukianov. En su opinión, Rusia no debe privarse de un «instrumento de influencia en el futuro de Ucrania y, más ampliamente, en la cuestión de la seguridad europea».
El objetivo final de Moscú es forzar la mano de Occidente para frenar la expansión de la OTAN hacia Ucrania. En un contexto de tensiones y temores de una invasión rusa, los esfuerzos diplomáticos se intensificaron estas últimas semanas para relanzar las negociaciones de paz, con reuniones en París y Berlín. Pero según todas las partes del conflicto, aún no ha habido resultados.
Evacuaciones en zonas de conflicto
La autoproclamada república separatista de Donetsk (RPD), en el este de Ucrania, anunció el viernes el comienzo de una evacuación masiva de la población a territorio ruso, ante el temor a un eventual ataque de las fuerzas del Estado ucraniano, que ha negado que tenga planes de este tipo.
El líder de la RPD, Denís Pushilin, dijo que «a partir de ahora se ha organizado una salida masiva centralizada de la población a la Federación Rusa, primero de mujeres, niños y los mayores», según la agencia oficial rusa TASS.
En este sentido, se han determinado lugares de recepción y acogida con el liderazgo de Rusia en la región de Rostov, precisó la fuente. Según el Ministerio de Situaciones de Emergencia de Donetsk, unos 700.000 residentes serán evacuados a Rostov, informó la agencia rusa Interfax.
«El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, pronto dará una orden al Ejército para una ofensiva, para implementar un plan para invadir el territorio de las autorproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk», afirmó Pushilin, siempre según los medios rusos.
Por su parte, la autoproclamada república separatista de Lugansk (RPL) siguió los pasos de la vecina Donetsk y ordenó la evacuación masiva de civiles a territorio ruso, ante el temor de un ataque del Ejército ucraniano, que el mismo viernes negó que tenga planes de este tipo.
Apuestan a una solución pacífica
«Con el fin de evitar víctimas entre la población civil, llamo a los habitantes de la república que no estén movilizados ni implicados en los servicios básicos de la infraestructura social y civil a trasladarse lo antes posible a territorio de Rusia», declaró el líder de la RPL, Leonid Pásechnik, citado por la agencia rusa Interfax.
El líder prorruso encargó al gobierno local, la policía y a los servicios de emergencias garantizar una «evacuación organizada» de la infraestructura social y ayudar a la población a trasladarse a los puestos fronterizos.
El ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, dijo el viernes en la Rada Suprema (Parlamento) que Kiev no planea ninguna acción violenta contra los territorios separatistas, porque apuesta por una solución pacífica al conflicto.
El llamado de Alemania y Francia
Asimismo, Francia y Alemania urgieron el mismo viernes a Rusia a usar su influencia con los separatistas del este de Ucrania a fin de «alentar la moderación y contribuir con una desescalada» en la región.
Los jefes de la diplomacia de Alemania y Francia, Annalena Baerbock y Jean-Yves Le Drian, señalan en un comunicado su preocupación por «la multiplicación de las violaciones del cese al fuego» y por el riesgo de que ocurran «incidentes que sirvan de pretexto para una escalada militar».