A más de un mes del operativo Gran Cacique Guaicaipuro II, en el que cayó muerto Carlos Luis Revete, alias El Koki, y se desarticuló la peligrosa banda que lidera Carlos Enrique Gómez Rodríguez, conocido como El Conejo, los pobladores del municipio Santos Michelena, Las Tejerías, en el estado Aragua, no han podido recuperar la normalidad. Viven en ascuas y a la expectativa, sobre todo cuando los rumores de su posible presencia en una granja en Tejerías se hacen más fuertes.
“Aquí nada está normal. ¿Y cómo va a estar? Si vivimos en ascuas y ahora con más miedo de que él regrese”. Nadie dice su nombre o su apodo. Hay tanto miedo en la gente de Tejerías, capital del municipio Santos Michelena en el estado Aragua, que las pocas personas que se atreven hablar con los periodistas se refieren a Carlos Enrique Gómez Rodríguez, alias El Conejo, como “el susodicho”.
Es tanto el terror que sembró en una población de más de 50.000 habitantes, que el solo hecho de que se encuentre escondido en una granja dentro de Tejerías, junto con unos 40 hombres fuertemente armados, ha desatado paranoia, incertidumbre y desconfianza entre la gente del pueblo.
La versión de la posible presencia de Carlos Enrique Gómez Rodríguez en Tejerías ha sido anunciada por el periodista Eligio Rojas a través del portal de noticias La Iguana, en su espacio dominical 2.0 “Tubazos”.
Rojas sostiene, además, que siguen recorriendo algunos sectores neurálgicos de Santos Michelena. El Conejo estaría actualmente negociando su entrega a las autoridades.
Vivir así es muy difícil. Hay demasiados rumores en la calle”, cuenta a Crónica.Uno una habitante.
Lo ha sido desde mucho antes de que en febrero pasado se desatara un fuerte enfrentamiento entre la banda delictiva que lidera Gómez Rodríguez y los cuerpos de seguridad. Solo que ahora, la posibilidad de que El Conejo regrese a Tejerías aterra aún más a la comunidad de Santos Michelena, porque temen mayores represalias de los delincuentes.
Por eso, aquellos que se han atrevido a conversar con los periodistas insisten en que la presencia policial en el municipio no puede disminuir, lo cual, según aseguran algunos vecinos, está ocurriendo.
Cuando se dio inicio al operativo Guaicaipuro II, se calculó la instalación de al menos 19 puntos de control en el municipio. Muchos de estos controles policiales ya no están, aunque los organismos de seguridad siguen recorriendo algunos sectores neurálgicos de Santos Michelena.
En la zona industrial aún se mantiene la Guardia Nacional Bolivariana y de vez en cuando montan alcabalas, mientras que en Guayas, en la sede del Cicpc en la que se concentraban funcionarios de distintos cuerpos de seguridad, la presencia policial es mínima”, relata otro habitante.
Los habitantes de Tejerías viven en una tensa calma. Desconfían de todo el mundo, inclusive de los policías y militares que todavía permanecen en el municipio.
Y es que durante el intenso operativo policial llevado a cabo desde el 6 de febrero, la gente de Tejerías también fue víctima de algunos excesos policiales.
Aquí los policías cometieron abusos con mucha gente inocente, porque aquí hay gente decente. Nos libramos de unos y aparecen otros”, se lamenta un pequeño comerciante de la zona, que asegura haber sido también víctima de extorsión por parte de algunos cuerpos de seguridad.
Pese a estas cuestionables actuaciones de algunos funcionarios, los residentes de Tejerías piden que la presencia policial se mantenga y que la promesa de instalar comandos en el casco central del municipio se materialice, así como la instalación de la Policía Nacional Bolivariana en una sede de la Alcaldía de Santos Michelena, ubicada a un costado de la carretera Panamericana que conecta con el estado Miranda.
Tal vez así, la gente de Tejerías se sentiría un poco más segura y con menos temor de que la paz momentánea que se ha logrado, se esfume. Y para algunos, la idea de marcharse del municipio ya no sería un hecho.
Aquí está nuestra casa, nuestro hogar, donde nacimos y en donde nos criamos. ¿Para dónde nos vamos?, ¿por qué me tengo que ir? Es injusto que mucha gente se haya ido y siga yéndose porque no ven un futuro para sus hijos. No es fácil irse así de buenas a primera”, narra, con voz baja y entrecortada, una de las pocas voces comerciales que se ha atrevido a contar su experiencia.
Todo a medias
La actividad comercial e industrial en la zona sigue a medias. Son pocos los establecimientos que han abierto y ya son varios comerciantes los que han decidido abandonar sus locales e irse de Tejerías. Las industrias instaladas en Santos Michelena han continuado con sus operaciones, aunque no más de lo que ya venían funcionando.
En el municipio se encuentra la tercera zona industrial per cápita para el país, en donde aún están establecidas importantes empresas e industrias, tales como Vidosa, Porcina, La Monserratina, la ensambladora de vehículos Chery, Mack de Venezuela, Concrecasa, Manpica, Induvar y Tec-Envase. Estas cuatro últimas fueron objeto de extorsión días antes de los enfrentamientos y la persecución.
El transporte público opera restringido. El suministro de gasolina en Santos Michelena es casi inexistente. De las cuatro estaciones de servicio instaladas en el municipio, apenas dos operan de manera intermitente: la del kilómetro 57 y la de Las Guayas, en donde solo estarían abasteciendo de combustible a vehículos oficiales.
Los transportistas deben salir de Tejerías para acceder a la gasolina o el gasoil y después de la 1:00 p. m., el servicio se paraliza.
Muchos padres se niegan a enviar a sus hijos a las escuela, durante el periodo de clases presenciales que han diseñado algunas instituciones educativas. Prefieren que los niños y los adolescentes estudien desde casa.
Al menos en estos días ya no tienes que encerrarte en el local y lanzarte al piso para evitar una bala perdida”, dice una habitante y comerciante.
Pies descalzos
El temor de hablar libremente sobre lo que ocurría y sigue ocurriendo en Tejerías aún persiste. “Hay que tener cuidado con quién hablas”, dice un residente.
Después de los enfrentamientos y persecución en febrero pasado, los habitantes de Tejerías son más cautelosos y desconfiados.
“A veces te sorprendes cuando sabes o escuchas que alguien de tu entorno mantenía algún vínculo con El Conejo”, revela un habitante a Crónica.Uno, no sin insistir en su anonimato.
Y es que la penetración y control social que ejercía el cabecilla de la banda delictiva en Tejerías no solo pasó por el sicariato, la extorsión, los secuestros, los homicidios y el narcotráfico, sino también a través de otras instancias que parecían inofensivas y altruistas a la vista del resto del país.
Carlos Enrique Gómez Rodríguez también emuló a sus pares del Tren de Aragua, al integrar una fundación que irónicamente lleva el mismo nombre de la ONG creada por la cantante colombiana Shakira: Pies Descalzos.
Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Nicolás Maduro, lo confirmó cuando anunciaba la detención de María Inés Reyes Silva, pareja de El Conejo: “Las instalaciones de la supuesta organización servían para acopiar armas, droga, distribuían dinero en Las Tejerías”, señaló Rodríguez.
Mientras, el portal de investigación InSight Crime reseñó que a través de la fundación Pies Descalzos, Gómez Rodríguez distribuía las bolsas de comida de los Comités Locales de Abastecimiento Producción (Clap) y daba medicinas y almuerzos solidarios a los más necesitados de la comunidad.
También le sirve para realizar actividades con niños y adolescentes, en las que conecta con ellos para atraerlos a la pandilla”, refiere el portal.
Para los habitantes de Tejerías era un secreto a voces que dicha fundación era manejada por El Conejo. Pero nadie dijo nada. No podían o no querían hacerlo.
Las autoridades dejaron que ese monstruo creciera —dice enérgica una de las pocas residentes de Tejerías que se atrevió a hablar para Crónica.Uno— y ahora no saben cómo cortarle la cabeza.
Amor y compromiso
“Nuestro pueblo sabe quiénes somos. No hay ningún tipo de detención de algún trabajador de la Alcaldía de Santos Michelena, no hay ningún tipo de vinculaciones, no hay acciones, sino el amor y compromiso con nuestro pueblo”.
Con estas declaraciones difundidas masivamente a través de un mensaje por WhatsApp, el alcalde de Santos Michelena, Pedro Hernández, del PSUV, le salió al paso a una supuesta orden de captura en su contra por su presunta vinculación con El Conejo, y a unos supuestos allanamientos en la sede de la alcaldía en Tejerías, luego de los enfrentamientos entre los cuerpos de seguridad y la banda de Carlos Enrique Gómez Rodríguez.
El periodista Deivis Ramírez, conductor del programa Rostros del Crimen, por Televen, tuiteó el pasado 8 de febrero sobre una “orden de captura contra el alcalde Pedro Hernández (PSUV) del municipio Santos Michelena del estado Aragua, por presunta vinculación con la banda de El Conejo y el Koki en la región. Celulares recuperados por funcionarios del Cicpc arrojaron fotos entre los personajes”.
El tuit fue eliminado y, posteriormente, el comunicador rectificó que se trataba de una investigación abierta. Lo que sí parece ser cierto es que el alcalde de Santos Michelena apareció en el municipio solo cuatro días del enfrentamiento, tal como lo aseguran algunos empleados públicos de la municipalidad que pidieron la reserva de sus identidades.
Extraoficialmente, se supo de la renuncia de varios trabajadores de la alcaldía, a raíz del operativo de seguridad para capturar de El Conejo. “Vino e hizo caminatas y actividades en el pueblo, aunque todo el mundo sabe que él vive en Maracay” confirman algunos pobladores, que sostienen que Pedro Hernández casi nunca está en Tejerías.
Una familia con poder
Los posibles o supuestos vínculos de El Conejo con funcionarios públicos no han sido confirmados por las autoridades. Sin embargo, Jorge Rodríguez hizo hincapié en que “cualquier persona que utilizando alguna prerrogativa relacionada con su función pública haya amparado de alguna manera la función de estos criminales, tendrá que enfrentar la justicia”, refiriéndose a los enfrentamientos en las Tejerías donde resultó muerto Carlos Revette, alias El Koki y huye Carlos Enrique Gómez Rodríguez, El Conejo.
Lo que hasta ahora no han dicho las autoridades es que El Conejo sí tiene vínculos con algunos funcionarios municipales en Santos Michelena. Su padre, Carlos Enrique Gómez Hernández, es concejal elegido. De hecho, ya en el 2019, el portal de noticias oficialista Ciudad Maracay reseñaba la inauguración de una cancha deportiva en el sector Las Veras de Tejerías, a la que asistieron, además del entonces gobernador Rodolfo Marco Torres y el alcalde Pedro Hernández, el concejal Carlos Enrique Gómez Hernández.
“En nombre de la comunidad de Cañada de Las Veras, le doy las gracias al alcalde quien viene haciendo un gran trabajo en el municipio, enfocado en masificar el deporte para los niños y jóvenes de Las Tejerías, además esto es posible gracias a los recursos aprobados por el gobernador Marco Torres”, declaró en su momento el padre de «El Conejo».
Carlos Enrique Gómez Hernández aspiró a la reelección como concejal en Santos Michelena durante las pasadas elecciones regionales. En ellas obtuvo 9031 votos más que el alcalde Pedro Hernández, que logró 8982 votos. Ambos fueron postulados por el PSUV y el Gran Polo Patriótico.
De lo que sí se tiene certeza —refiere el portal de investigación InSight Crime— es que el padre de El Conejo fue nuevamente elegido como concejal del municipio Santos Michelena, que en 2021 clasificó entre los 10 más violentos del país, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Violencia.
Mientras tanto, el miedo sigue instalado en el municipio Santos Michelena. No han bastado las palabras de Remigio Ceballos, ministro de Interior y Justicia, cuando aseguró que la fuerza pública está presente en Tejerías.
“Nos aterra que el susodicho regrese con más fuerza y con más represalias”, dicen los habitantes de Tejerías.