La ministra de Minas y Energía de Colombia asomó el interés del nuevo gobierno de recurrir a Venezuela en materia de gas, debido a que las reservas de ese país alcanzarían para ocho años. Sin embargo, a los días aclaró que no es una prioridad para el gobierno de Petro. A juicio del especialista Antero Alvarado, el gas de Venezuela sería visto por este país como un complemento.
Caracas. La posibilidad de que Venezuela pueda entrar a proveer a Colombia de gas natural fue asomada la semana pasada por la ministra de Minas y Energía de ese país. El interés nace de la promesa del presidente Gustavo Petro de adoptar energías renovables.
Y también de que las reservas de gas de Colombia apenas alcanzarían para ocho años. Sin embargo, especialistas en materia energética advierten que en caso de que Venezuela entre al mercado colombiano le tocará hacerlo por precio, pero además, requiere de inversiones y arreglos para lograr importar este recurso.
La ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, dijo en una entrevista con Blu Radio que, habiendo superado las reservas de gas del país neogranadino, se considerarían retomar la conexión y transportar gas desde Venezuela.
La ventaja es que existe el Gasoducto Transcaribeño, inaugurado en 2007 pero inactivo desde 2015. Ese oleoducto se inauguró bajo los mandatos Hugo Chávez y Álvaro Uribe.
El acuerdo original era que Colombia mandaba gas a Venezuela hasta 2012 y luego se extendió hasta 2014. pero ya en el 2015 Venezuela pidió que se detuviera, recuerda Antero Alvarado, socio director de Gas Energy Latin America.
El gasoducto se paró por varias cosas. No había mayores incentivos económicos para Venezuela debido a que ese gas que enviaba Colombia costaba dinero y cuando llegaba a Maracaibo no se cobraba y luego porque empezó a funcionar cardón IV y había gas venezolano más disponible.
La crisis entre Rusia y Ucrania elevó los precios del crudo y del gas, así como de otras materias primas esenciales para los países. Esto ha hecho que los competidores empiecen a aprovechar el boom de precios. Para Alvarado, a Colombia le convendría más comprar gas a Venezuela que a Europa por una cuestión de precios.
El tema de la crisis ayuda porque si Colombia tuviese que comprar hoy gas vía GNL (gas natural licuado) en un barco, va a competir con Europa, Europa está pagando más de 30 dólares el millón de BTU (Unidades Térmicas Británicas) y el gas de Venezuela pudiera costar menos de $4”, indica el especialista.
El anuncio de la ministra de Minas de Colombia generó inquietud en las empresas que explotan gas en Colombia, debido a que el gobierno de Petro asomó que no otorgarían nuevos contratos. Sin embargo, Semana
Venezuela no ha podido aprovechar al máximo el alza de los precios, debido a su baja producción de crudo que incluso bajó de los 700.000 barriles diarios en julio. La falta de inversión y mantenimiento, así como las sanciones que limitan la comercialización hacen que Pdvsa ya no sea la tercera más grande petrolera de la región. O que proyectos como el Gasoducto Transcaribeño —que según Petróleos de Venezuela (Pdvsa) le ahorrarían a la nación $40 millones al mes— estén paralizados.
Para Antero Alvarado, retomar este intercambio entre Colombia y Venezuela tiene sentido no solo porque Colombia no está logrando conseguir nuevas reservas, sino también porque hacer que estas puedan ser usadas significa un reto tecnológico y toma alrededor de cinco años, pero además que el precio de ese momento haga viable su explotación.
Aquí es donde entra Venezuela que ya tiene un gasoducto construido, pero que requerirá, según el especialista, ponerlo en especificaciones y arreglarlo. Este gasoducto que se extiende desde Riohacha en Colombia hasta el estado de Zulia costó $335 millones por su construcción y posee una tubería de 202 kilómetros.
El socio director de Gas Energy Latin America advierte que el gas de Venezuela será un complemento en caso de retomar el negocio con Colombia.
“Colombia no va a depender solo de Venezuela, va a ser un complemento. Capaz cuando eso empiece el gas de Venezuela puede representar un 5 % de todo el gas que se consume en Colombia”, dice.
Antero Alvarado descarta que el gas de Venezuela vaya a ser más costoso. “Cuando entre al mercado colombiano va a tener que competir por precio porque el gas de Venezuela es un gas en el que no hay mucha confianza, que no está en especificaciones y hay que hacer unas inversiones para que entre en calidad”.
De hecho, el especialista considera que al gas venezolano le tocará competir con otras fuentes de gas, lo cual será interesante y ayudará a que los productores locales “que nunca han visto rentable su negocio”, puedan comenzar a verlo.
Para Alvarado, esto podría convertirse en una opción para que esos productores privados de gas que tienen licencia puedan monetizar su producto. “Obviamente, los volúmenes que estamos hablando son muy modestos para empezar, pero a largo plazo sí puede ser muy interesante”.
Venezuela cuenta con unas de las mayores reservas probadas de gas y aunque por décadas el crudo fue la prioridad en la explotación, el gobierno de Nicolás Maduro muestra en los últimos años un interés por diversificar la economía.
En el pasado este gasoducto inactivo se convirtió en un acuerdo de integración entre ambas naciones, pese a las diferencias ideológicas entre Hugo Chávez y Álvaro Uribe.
Ahora con el recién electo Gustavo Petro las naciones han retomado relaciones diplomáticas rotas desde 2019 y también el trabajo conjunto para reabrir las fronteras y permitir el paso de mercancías y de transporte de carga suspendido desde hace siete años. Se espera que el intercambio comercial genere este año entre $600 y $1200 millones.