Este miércoles falleció el recluso que peleó legalmente por tener la presencia de un pastor para poder recibir la inyección letal como castigo por su crimen.
John Henry Ramírez, de origen hispano, consiguió tener la presencia de su pastor en la penitenciaría estatal de Huntsville, Texas, mientras recibía la inyección letal como cumplimiento de la pena por matar a puñaladas a un hombre de una tienda de conveniencia, en total fueron unas 29 veces.
Todo ocurrió en 2004 cuando se encontraba en una tienda de conveniencia para robar dinero y así comprar drogas junto a dos mujeres, según informa Univisión Noticias, fue cuando mató de 29 puñaladas a Pablo Castro y le robó $1.25 para luego salir a robar mucho más dinero cuando en un tercer intento fueron interceptados por la policía; Castro era el padre de 9 hijos y abuelo de 14 nietos.
Éste huyó a México y evadió por tres años a las autoridades hasta que fue apresado por la policía en febrero de 2008; tres meses después fue sentenciado a muerte.
Cuando recibió tal sentencia pidió un pastor le acompañara cuando fuera el momento de su muerte, por lo que desde 2020 comenzó la petición que se convirtió en una lucha no solo de Ramírez sino también de otros por su “libertad religiosa”; desde ese comenzó a pedir que su consejera espiritual y pastora de la Iglesia Bautista en Corpus Christi, Dana Moore, estuviera presente ese día y poder orar en voz alta a la vez que le sostuviera la mano.
Tal petición le fue concedida, y Moore estuvo en el lugar con él sosteniendo su mano además de que le permitieron a ella tener una Biblia, lo cual no se había permitido antes en este tipo de procedimientos.
Durante tres ocasiones la ejecución de Ramírez, debido a que el fiscal de distrito del condado Nueces, Mark González, no apoya la pena de muerte.
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Ahogó a sus cinco hijos en una bañera porque «el diablo la obligó», la depresión y la locura de Andrea YatesLa presencia de Moore fue todo un desafío tanto para la reglas de la corte como las de las prisiones, pero el que no se le permitiera tal acción representaba para Ramírez la violación a la libertad religiosa y a la Primera Enmienda, por lo se postergó el momento hasta que le fuera concedido, ya que éste había sido enseñado por la pastora desde 2016 y “necesitaba su consuelo espiritual y guía en sus últimos momentos.
En Marzo de este año, la Corte Suprema falló a su favor y le concedió la petición.
«Tengo arrepentimiento y remordimiento. La pena es un acto tan atroz, pero que espero que mi muerte los consolara. Solo sé que peleé una buena batalla y estoy listo para partir», expresó a los familiares de la víctima, que observaron su ejecución.
Durante el proceso, además de tener tomada una de sus manos, también puso una sobre el pecho de Ramírez mientras que pronunciaba una corta oración.
#ÚltimaHora | John Henry Ramírez es ejecutado en Texas: su pastor pudo tocarlo en el momento de recibir la inyección letal.https://t.co/vpiBnP9kYi
— Univision Noticias (@UniNoticias) October 6, 2022